martes, 18 de abril de 2017

Vuelvo al sur: Valdivia


Regresé a Valdivia. Mochila en la espalda, pelo largo y suelto, soltero y con una sonrisa en el rostro. Dentro del terminal de buses un amigo de la universidad me recibió con los brazos abiertos. No podría imaginar el sur y la amistad de otra forma.


Esteban La Regla

18 años y un mundo por delante

La pieza, el caos

Con Esteban llegamos a estudiar Periodismo a la Universidad Católica de Valparaíso en 1997. Ambos veníamos del sur, yo de Punta Arenas y él de Osorno. Jóvenes (yo todavía no cumplía los 18 años), tímidos y con afición por la música y el estilo grunsh. Eso incluía grupos como Nirvana, Pearl Jam, Alice in Chaince; cierto desencanto hacia lo establecido, jeans rotos y camisas leñadoras. Para barba de dos días a mí todavía no me alcanzaba. Buenos muchachos, desordenados a veces, sacamos la carrera en 5 años y luego trazamos caminos por rutas distintas.

A Valdivia llegué dos veces mochileando. La primera de ella fue a los 16 años. Solicité alojamiento gratuito en bellas casas cerca de la rivera. Como era de suponerse, nadie accedió a prestarme un trozo de terreno para que instalara mi carpa. Estuve un par de horas en la ciudad y seguí mi camino. La segunda vez también llegué a dedo. Esta vez fue un ex compañero de colegio quien me llevó en su vehículo y gentilmente me ofreció alojamiento por un par de días. Sin mucho dinero, ni idea de qué hacer, dimos algunos paseos y continué hacia otro destino que ya no recuerdo.

Valdivia #Chile

Ahora estaba de regreso. Nos saludamos con un gran abrazo y partimos caminando a casa de Esteban. No paramos de hablar sobre nuestras vidas en estos últimos años de lo que podríamos llamar adultés. Tomamos un té, Esteban se fue a trabajar y yo me di una ducha para despertar del viaje en bus desde Santiago.

Río Calle Calle

Río Calle Calle

Río Valdivia

Ya más repuesto me lancé a las calles de una ciudad que casi no recordaba. Siguiendo las instrucciones de Esteban partí por la costanera del río Calle Calle. Valdivia me recibía con un hermoso día de sol. A paso relajado y con una sonrisa me fui sacando fotos del río, de los árboles y de la gente que a esa hora paseaba, trotaba o andaba en kayac. El día estaba precioso y la gente se veía feliz. Probablemente la mayoría de ellos y ellas estaban disfrutando de sus vacaciones.

Feria Fluvial

Feria Fluvial

Feria Fluvial

Pasé junto al puente Pedro de Valdivia y llegué a la Feria Fluvial. Ahí me encontré con puestos de pescados y mariscos, frutas y verduras de la zona bajo una lona de colores. Destacaba la gran variedad de productos marinos y vegetales y la forma ordenada en que estaba dispuestos. Tras los puestos de pescados estaban los limpiadores y, tras ellos, el río, donde merodeaban aves y lobos marinos expectantes ante el envío de cabezas y restos de pescado. El lugar estaba ideal para hacer fotografías. Tras la caminata fuí por mi primer café del día. Leí algo de Edwards Bello y revicé la ChileTur de Cópec. En eso me escribe Esteban para que nos juntemos a almorzar. Pagué la cuenta y partí a la plaza de Valdivia.

Valdivia #Chile

Hernán Castro Dávila
15 de febrero de 2017
Valdivia, Chile



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